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07-05-2017 |
Francia: radiografía electoral de la primera vuelta de las presidenciales
Roger Martelli
Como era de esperar, los votantes franceses han optado de manera bastante uniforme por las cuatro opciones, sin contar con el 20% de abstencionistas. La crisis política ha llegado a las urnas. Análisis de un resultado inédito...
Una encuesta realizada por Ifop sobre una muestra de más de 3.500 personas, ayuda a identificar un poco mejor el perfil de los electores. La edad opone, a los dos extremos, a un electorado joven atraído por Jean-Luc Mélenchon (26% menores de 35 años y el 29% de 18-24 años) y a los votantes de edad avanzada que se inclinan por la derecha tradicional de François Fillon (39% de más de 65 años, 34% de jubilados).
El desglose de los grupos sociales es tan fragmentado como el electorado en su conjunto. Sin embargo, había una sobrerrepresentación de las categorías profesionales más altas entre los votantes de Emmanuel Macron (32%) y de los niveles más bajos entre los de Marine Le Pen. Jean-Luc Mélenchon está en una situación intermedia, que atrae al 26% de las profesiones intermedias y al 24% de las categorías inferiores. Emmanuel Macron y Jean-Luc Mélenchon comparten los votantes en proceso de formación, principalmente estudiantes (30% y 31%, respectivamente).
Marine Le Pen obtiene el mejor situado en las comunidades rurales (25%), Emmanuel Macron en las comunas urbanas de provincias (25%) y en la zona de París (27%).
En esencia, los votantes cercanos a una organización política de izquierda se dividen entre Emmanuel Macron (40%) y Jean-Luc Mélenchon (38%), y Benoît Hamon alcanza un modesto 13%. Es de destacar que a pesar de la decisión de los Verdes de sumarse a la candidatura de Benoît Hamon, el 38% de sus simpatizantes prefiere, en última instancia, al líder de la Francia Insumisa.
Ningún candidato recupera el total de votos de las elecciones presidenciales anteriores. La mejor situada en este apartado es Marine Le Pen, que atrajo a 80% de sus partidarios en 2012, seguido por Jean-Luc Mélenchon (73%). Los votantes de Hollande han optado esta vez en un 50% por Emmanuel Macron, pero una cuarta parte se ha unido a Jean-Luc Mélenchon, y Benoît Hamon recoge solo un modesto 16%.
Por último, la encuesta confirma que los que declaran "ninguna simpatía partidista" están divididos entre Jean-Luc Mélenchon, Marine Le Pen y Emmanuel Macron, con una aparente ligera preferencia por el primero (24%).
Ifop también propone un perfil interesante de los electores. El de Jean-Luc Mélenchon es joven (casi un tercio menor de 35 años), socialmente de una clase popular (un tercio de categorías socio-profesionales inferiores), pero educado (casi el 40% tiene formación superior al bachillerato). Es tres cuartas partes son simpatizantes cercanos de la izquierda política y 16% de las personas "sin simpatía partidista" (lo que no indica la posición en el eje izquierda-derecha).
El de Marine Le Pen es más popular (más del 40% de las categorías inferiores) y menos educados (45% por debajo de la formación de licenciatura). Alrededor del 70% son simpatizantes cercanos de la FN, un poco más del 10% cercanos a la derecha y el 14% sin simpatía partidista.
El de Emmanuel Macron tiene más edad que los dos anteriores (25%), menos popular (20% de categorías profesionales superiores), más educados (56% con formación de posgrado). Dos terceras partes se sitúan en la izquierda política. El 45% voto por Hollande en 2012 y más del 30% a la derecha.
La distribución geográfica
Los datos por comunas revelan la amplia implantación del Frente Nacional. Marine Le Pen queda la primera en casi 19.000 pueblos, casi el 54% del total. Emmanuel Macron se contenta con prevalecer en alrededor de 7.000 comunas (20%), François Fillon en 5.000 (16%) y Jean-Luc Mélenchon en aproximadamente 3.500 (un poco menos del 10%). El desafortunado Benoît Hamon se contenta con la modesta cifra de 16, ¡por detrás de Jean Lassalle (78)!
El escenario cambia cuando se tiene en cuenta el tamaño. Si nos ceñimos a los 600 municipios más poblados (con censos superiores a 10.000 habitantes), Emmanuel Macron y Jean-Luc Mélenchon tienen resultados por encima de su promedio nacional (26,5% y 22,2%), François Fillon un poco mejor (20,7%), mientras que Marine Le Pen queda claramente por debajo (16%). La suma Hamon-Macron alcanza el 34% contra un 30,4 a nivel nacional.
Mientras que Le Pen y la suma Hamon-Macron aumentaron modestamente sus resultados en relación a los de Marine Le Pen y Hollande en 2012 (1,3% y 2,8%), Jean-Luc Mélenchon obtuvo poco más del 10% en 2012, y tiene ahora un aumento ligeramente superior a la media nacional de crecimiento (índice 183 contra 174).
La evolución en las grandes ciudades es aún más clara. Marine Le Pen queda en cabeza en una de ellas (Toulon) y François Fillon en dos (Aix-en-Provence y Niza). Emmanuel Macron y Jean-Luc Mélenchon se llevan la parte del león: Emmanuel Macron es líder en diez grandes ciudades (incluyendo París y Lyon), Jean-Luc Mélenchon en ocho (Marsella, Toulouse, Montpellier, Lille, Le Havre, Saint-Etienne , Nimes y Grenoble).
La dinámica de las grandes urbes, como en 2012, favorece a Jean-Luc Mélenchon. En 2012, obtuvo un total del 12,4% de los votos en todas las 21 ciudades; obtuvo ahora 22,9%, de nuevo un aumento más alto que el promedio nacional (índice 185). Por el contrario, el aumento de Marine Le Pen se freno y su nivel general es modesto (12%). Como la suma Hamon-Macron, que se elevó más modestamente (37,5% contra 32,3%), una quinta parte menos del nivel anterior.
El análisis de los departamentos también es instructivo . Marine Le Pen confirma una vez más la implantaciónn nacional del FN. A excepción de los Hauts-de-Seine y de París, en todas partes esta por encima del 10% de los votos emitidos. Está por encima de la media nacional en 55 departamentos metropolitanos y pasa el umbral del 30% en 12 del norte, el este y la cuenca mediterránea. Con la excepción de la región de París, avanza en todas partes, más que el promedio, en 56 departamentos.
Pero el cambio más significativo es la distribución territorial del voto a Mélenchon. También confirma la nacionalización de los votos alcanzados en 2012. Mientras que en algunos departamentos, el voto comunista quedó al borde de la marginación (por debajo del 5%) en 2012, la votación a favor de Mélenchon ha recuperado la distribución del PCF antes de su declive electoral. En 2017, los votos se distribuían entre el 34% en Seine-Saint-Denis y el 13,6% en Córcega; ahora, 35 departamentos se sitúan por encima del listón del 20%, ninguno está por debajo del 10%. A diferencia de Le Pen, progresa en todas partes, incluso duplicando su puntuación en el Bajo Rin, Valle del Oise y Seine-Saint-Denis. Y superó el promedio en 36 departamentos.
En general, el voto Mélenchon se sitúa en el espacio electoral, comunal y departamental del comunismo francés, al que añade una implantación (sobre todo en el suroeste) más cercana a la izquierda socialista tradicional.
Los sondeos antes de la primera vuelta y la segunda
¿Una nueva etapa?
La secuencia presidencial tendrá, sin duda, efectos contradictorios. Al mismo tiempo mostró la fuerte influencia del Frente Nacional, bien insertado en el tejido comunitario, y los límites de su expansión, especialmente en el espacio urbano.
También reveló las debilidades de la derecha tradicional, que ha querido anclarse en un radicalismo tradicional con François Fillon y que solo ha conseguido el retroceso y el confinamiento en un espacio envejecido. La derecha se divide entre la tentación de la extrema derecha (que dependerá en parte de la dinámica interna del Frente Nacional) y la opción más "centrista" que las primarias de la derecha habían rechazado. Pero, por ahora, la que se impone es una variante de centro un poco desplazada a la izquierda.
El socialismo está roto. La mitad del electorado socialista de 2012 eligió la opción tranquilizadora de un centro, más cercano del democratismo americano o italiano, que de las tentaciones centristas de la Cuarta República. Esta opción no dejará de tener apoyos en el PS actual. Pero se enfrenta a la incertidumbre de sus anclajes territoriales, la posible volatilidad de un electorado diverso y a las posibles dificultades de la gestión liberal que reivindica. ¿Se sumara una parte del socialismo a la izquierda de la izquierda? La cuestión esta abierta.
La clave va a depender en gran medida de lo que sucede a la izquierda de la izquierda. Jean-Luc Mélenchon, a pesar de la amargura de la noche de la primera vuelta, ha tenido éxito. Se ha situado al margen de las estructuras inciertas del Frente de Izquierda, creó un movimiento en torno a su candidatura y se ha impuesto como un posible candidato al poder. En un momento en que el socialismo está en crisis, ha recuperado el equilibrio que la izquierda tenía antes de la dinámica impulsada por Mitterrand.
Con él, la izquierda de la izquierda es ahora capaz de imponer su hegemonía a toda la izquierda y, al hacerlo, de devolver a las clases populares la esperanza social y la aspiración de la igualdad. Pero es necesario que su organización política esté a la altura y que puede acoger a todo el espacio crítico, parte del cual todavía se mantuvo al margen en estas elecciones presidenciales. Los meses que seguirán a estos procesos electorales serán, por supuesto, decisivos.
Roger Martelli historiador. Antiguo dirigente del PCF, actualmente co-preside la Fundacio´n Copernico y es co-director de la revista Regards.
Traducción: G. Buster
Artículo tomado de : http://www.sinpermiso.info
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